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lunes, 15 de julio de 2019

FIESTA DEL LIBRO EN MEDELLIN 2019


La Fiesta del Libro de Medellín es un espacio de encuentro que no se circunscribe a un lugar y a una fecha específica —Jardín Botánico, alguna semana de septiembre—, tiene encuentros como los Eventos del Libro, noches enteras para revisar novedades literarias, escuchar música en vivo, asistir a charlas de divulgación; también existen las convocatorias de estímulos culturales, muchas veces alineadas con la Fiesta: publicación de autores locales en literatura, poesía, periodismos narrativo y, en este año, un premio al Afiche Ilustrado, cuyos mejores trabajos se expondrán en la rotonda de ingreso al Jardín Botánico durante la Fiesta.





La convocatoria cierra en julio y es para ilustradores, artistas visuales, historietistas quienes tendrán que enviar una obra inédita que fomente la lectura, la escritura y la oralidad. Con este estímulo, que entregará diez millones de pesos entre los ganadores, la Secretaría de Cultura busca “reconocer la potencia simbólica y comunicativa de la imagen y visibilizar la labor del ilustrador e historietista en su rol de creador y narrador”.

Se piensan muchas cosas a la hora invitar a un país, una de ellas es el intercambio cultural, lo que ese país le puede aportar a Medellín, y aquí nos dimos cuenta de que México tiene con nosotros muchas cosas en común, cosas buenas y malas. Somos muy similares. También pensamos en la riqueza de autores, en la escritura, en la ilustración y México es un país que nos sorprende con escritores como Juan Villoro, Mario Bellatín, clásicos como Juan Rulfo, o arqueólogos como Eduardo Matos Moctezuma; así que uno empieza a armar esa lista y lo primero que piensa es ‘qué bacano escucharlos’. El año pasado el invitado fue Brasil y estuvo muy maravilloso, y tengo entendido que en una de esas conversaciones culturales entre Brasil y México se dijo que aquí había un desarrollo muy bello y entonces enlazamos con México.  Luego sería maravilloso hacer una fiesta con más países, con todos los países que hemos invitado”.  



México y Colombia ha compartido muchas cosas. México acogió a Gabriel García Márquez, a Fernando Vallejo, a Porfirio Barba Jacob, a Álvaro Mutis, son muchos los colombianos se han sentido identificados allá. Ahora bien, autores como Juan Rulfo han incidido en autores como García Márquez, o en autores jóvenes como Cristian Romero, o en clásicos nuestros como el mismo Manuel Mejía Vallejo. Sigue existiendo una relación literaria que nos ha permeado, a veces unos paisajes se confunden, unos problemas se parecen”.

“La Fiesta, de alguna forma, no es gratuita, todos pagamos por ella gracias a la Alcaldía de Medellín, esto es fruto de los impuestos de los ciudadanos, por eso es tan importante la manera en que la ciudad se ha apropiado del espacio público, esto son recursos invertidos. La ciudad espera la fiesta, la abraza, a la gente le gusta encontrarse aquí. Esta es una fiesta enfocada para no lectores, esto es una estrategia de la Secretaría de Cultura en el plan de Lectura, Escritura y Oralidad. Ahora necesitamos es que la gente llegue acá y se enamore de los libros, por eso es una entrada gratuita, sin restricción. El año pasado tuvimos más de 500.000 visitas, la idea es que mínimo tengamos esa cantidad. Hoy tenemos 100 puestos de editoriales grandes, pequeñas, de libros leídos, de usados; casi 300 autores de quince países; México viene con una delegación de más de 50 autores; tenemos 34 carpas de fomento de lectura, que se llama Jardín Lectura Viva. Tenemos cuatro salones especializados: Libro Infantil, Iberoamericano del Libro Universitario, Nuevas lecturas y de Editoriales Independientes”.

Santiago Rodas : Invitado para el primer taller de adopta un autor en el parque biblioteca la Quintana.



Solo es posible este momento

Ves hombres en moto
de bajo cilindraje con
morrales Totto de mujer
en sus espaldas.
Caminas al lado de dos venezolanos
que venden arepas
y fuman cigarrillos mentolados,
hacen fuerza excesiva en sus chupadas.
Alguien te grita un apodo
que solo saben los amigos
de tu infancia y
no volteas.
Los vendedores de dulces
te ofrecen cocaína y marihuana,
a veces en un inglés maltrecho.
El río que parte la ciudad
arrastra colchones, microondas,
pedazos de gente y gente entera.
Alguien te pide dinero
para llevarle leche a sus hijos
ante tu negativa agacha la cabeza,
escupe dos veces en el piso.
Un policía te cuenta su infancia
como vendedor de pieles de tigrillo.
Una indígena emberá amamanta a su hijo en la calle,
su otro hijo te extiende la mano,
te dice: moneda.
En el centro te entregan un volante
impreso a una tinta con la frase
descubra la causa o el motivo de sus fracasos.

Los terrenos baldíos de tu adolescencia
te los cambiaron
por edificios con apartamentos de
50 metros cuadrados.
Las estrellas se han ido
pero las luces de las casitas en
las montañas intentan remplazarlas.
Cristianos exdrogadictos se montan en los
buses y te venden lapiceros de mala calidad,
hablan en plural pero andan solos.
Un hombre disfrazado de Spiderman
corre por La Playa hacia Boston, algunos
dicen: cójalo, cójalo, ladrón.
Andas por cada calle con la certeza
de que nada va a volver a ser igual
que todo cambia a un ritmo que rebasa
tu comprensión,
que solo
es posible este momento
en el que vagas y dejas
que cada cosa que ves
ocupe gradualmente
su lugar en el mundo.

Santiago Rodas
La ciudad tiene escritores maravillosos, jóvenes, como José Ardila, Luis Miguel Rivas, Mario Alberto Duque, Cristian Romero, Santiago Rodas. La literatura en la ciudad está vital, se renueva, hay jóvenes con mucho talento y que escriben desde distintas orillas, desde lo rural, desde lo urbano, desde la violencia, cosas que lo hacen pensar a uno en Tomás González, en Eduardo Escobar, en Fernando Vallejo. Pero también están los ilustradores, que me parece que la ciudad cada vez tiene más pelaos talentosísimos, en Fiesta hemos querido darles un espacio… buscamos proyectos, momentos. Abrirles las puertas a este montón de gente. La Fiesta es un espacio para que se encuentren todos ellos”.




“Son trece años encontrándonos en el espacio público, en la Zona Norte de Medellín, celebrando la palabra, generando espacios para el fortalecimiento de la cadena del libro en Medellín y en Colombia, reconociendo y valorando el trabajo que desarrollan nuestras bibliotecas, las fundaciones, entidades que todos los días hacen de Medellín una Ciudad Lectora. Nos vemos en septiembre en la Zona Norte, nos vemos en ese jardín de libros que hacemos posible cada año para encontrarnos y transformarnos a través de las miles y miles de historias que esperan allí por nosotros, esas historias que este año nos invitan a agudizar nuestros sentidos de expedicionarios”, manifiestó Lina Botero, secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín.




Se suman a los invitados la argentina Fernanda García Lao, escritora, dramaturga y poeta; y la española Elvira Sastre, con una reconocida carrera poética que compagina con la escritura y la traducción.
Además, Antonio Ortuño, periodista y narrador; y Vicente Quirarte, maestro de las letras y la creación.

 

Los visitantes a la Fiesta se encontrarán, de nuevo, con las Charlas de la Tarde que fomentarán los diálogos; con una gran diversidad de talleres liderados por cerca de 35 entidades especialistas en promoción de lectura, escritura y oralidad; y con la muestra comercial, compuesta por expositores de libros, editoriales y productos literarios.
Como en ediciones anteriores, estarán presentes en la Fiesta, los cuatro salones que dan vida a los Proyectos Especiales: Salón del Libro Infantil y Juvenil, Salón Iberoamericano del Libro Universitario, Salón de Editoriales Independientes y Salón de Nuevas Lecturas, que estará enfocado en acercar a las personas la vida y obra de un poeta esencial en Antioquia y Colombia, el maestro León de Greiff, a través de la tecnología, la innovación y la creatividad.
Para Diego Aristizábal, director de los Eventos del Libro, la presencia de un país a través de una gran librería es una oportunidad para demostrar que “los libros nos unen, unen las naciones, las ciudades, los proyectos, y siempre la Fiesta estará amparada en esto”.


Moby Dick será el personaje invitado de la literatura universal, a propósito de los 200 años del natalicio de su autor, el estadounidense Herman Melville. Será protagonista en una exposición y en el Cuentico Amarillo que, como otra novedad importante de 2019, presentará la historia en formato cómic, gracias a una creación del ilustrador y periodista Pablo Pérez, conocido como Altais. “Se vuelve un gran personaje porque también suma a las expediciones, pues el mar siempre ha sido un escenario maravilloso para explorar”, agregó Aristizábal.

También habrá un concurso de ilustración, que buscará estimular la creación a partir de las lecturas. Las obras de los ganadores se exhibirán en la rotonda de ingreso a Jardín Lectura Viva, que se ha llamado el corazón de los Eventos del Libro, pues allí se reúnen las actividades de promoción de lectura, escritura y oralidad. Para la Fiesta del Libro y la Cultura un objetivo vital es fortalecer el sector del cómic y la ilustración, por ello, por segunda vez, se contará con un gran componente académico y expositivo al respecto.



En nuestra institución educativa La Candelaria, nos acompañará el escritor Colombiano  Giuseppe Caputo. A continuación observaras una carta que nos ayudaran a observar unas pinceladas de su obra un mundo huérfano.



 

Mi querido Giuseppe,
 Mientras te escribo esta carta estoy mirando al cielo desde el balcón de mi casa. Hace tiempo que la polución en Medellín no deja ver las estrellas como antes, sin embargo, en noches de verano como la de hoy, unas cuantas luces logran atravesar la contaminación y sobresalir en la oscuridad. Esas pequeñas sobrevivientes me recuerdan que todos: vos, yo, las personas que tenemos más cerca, las que más amamos y las que más nos aman, somos un montón de soledades que, como ellas, a veces pareciera que se pueden tocar, pero casi nunca llegan siquiera a rozarse.
Cuando leí tu novela Un mundo huérfano me quedé pensando mucho en lo abandonados que estaban los personajes: la indescifrable Ramón-Ramona detrás de la barra de su bar; la incondicional Olguita refugiada en la ficción de Jesucristo; la carismática Luna oculta tras el furor de la fiesta; Los Tres Peluquines: Alirio, Simón y Garbanzos, siempre juntos descontándole días a su existencia; y especialmente el padre y el hijo, que a pesar de la cálida manera en que se acompañan, la protección que se dan uno al otro, el profundo amor que los une, hay una insalvable distancia entre ellos que me recuerda que la única certeza que tenemos somos nosotros mismos.
Acabo de darme cuenta de que esos dos justamente, padre e hijo, son los únicos en el relato que no tienen un nombre. ¿Por qué no les pusiste uno? ¿Quiénes son ellos para vos? ¿Quiénes querías que fueran para los que te leímos? Ahora que lo pienso, quizás esa es una de las razones por las que se quedaron tan arraigados en mí, porque ese hijo podría ser yo, y ese padre podría ser mi madre; porque ellos no son nadie y al mismo tiempo podrían ser cualquiera.
 Tengo que decirte que un dejo de tristeza se mantuvo conmigo durante gran parte de la lectura. Me agobió de principio a fin la crueldad en la que fueron asesinados tantos cuerpos simplemente por atreverse a ser diferentes, la penumbra constante de las calles a las que parece que jamás les va a llegar el alumbrado, la miseria repartida entre ese montón de hombres y mujeres desesperanzados, las noches de carencia donde solo el mar entrega algunas baratijas con generosidad. Yo sé… Yo sé… Después de esto que te escribo seguro doy la impresión de que padecí la novela más de lo que la disfruté. No es así. Sin importar lo duras que llegaron a ser ciertas escenas, el cuidado con el que usas cada palabra y la poesía presente en todas tus frases hacen que aun en esos instantes tan violentos prevalezca la belleza por encima de lo demás.
Dentro de ese universo de orfandad, hubo fragmentos que me enamoraron por darme un respiro en medio de tanta desolación. Tengo una memoria terrible pero estoy segura de que, por ejemplo, ese episodio en el que el hijo recuerda cómo el padre le narró su nacimiento, no lo voy a olvidar en la vida. En mi cabeza rondarán eternamente árboles alados con garras en sus raíces y plumas negras, tortugas acorazadas de hojas, hombres cometa que al cruzar el firmamento dejan huellas de gas y polvo, reptovacas subterráneas que pueden verse sutilmente cuando salen de la tierra para no perderse los espectáculos siderales y un ser humano mariposa de brillantes ojos negros que sueño que me regaló esta historia que bailará por siempre en mi corazón.
Creo que, como tus personajes, todos andamos en la búsqueda de algo, y como me gustan los finales felices, quiero pensar que en ese futuro propio e imaginario que construí para ellos: Olguita, Ramón-Ramona, Los Tres Peluquines, Luna, Papi y su hijo, lo encontraron en algún momento. Antes de despedirme quiero que sepas que yo también hallé uno de los algo que busco en Un mundo huérfano, es un algo que le da consuelo a uno de mis dolores secretos, como una estrella de cartón colgada de mi cuello que me recuerda que la luz está ahí, aunque no haya un destello aparente. Gracias por eso.
Yesica Prado.

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